viernes, mayo 21, 2004

El mundo sigue

Unos se casan y se pegan la vida padre a costa del resto pero, mientras tanto, otros se nos van. Y no sólo se nos van aquí, sino que el mundo sigue su rumbo. Más muertos, como cada semana, en Irak, Palestina, África (de estos ni hablan), etc, etc... Pero hoy voy a hablar de dos personas mucho más próximas a nosotros, que se nos han ido para siempre y que no estarán mañana para ver la historia esta de la boda real.

El primero de ellos, don Jesús Gil y Gil. Un hombre que trajo muchas alegrías a Madrid. Un hombre muy peculiar, con muchos defectos humanos, y también con muchas virtudes. Don Jesús era un tipo que no se callaba ni una. Muchas veces no llevaba razón, pero al menos decía lo que creía. Tuvo asuntos muy turbios, como tantos empresarios, y algunos de ellos le llevaron a la cárcel. El más grave, sin duda, el de aquella obra que se le hundió con toda la gente dentro celebrando una boda. Sin embargo, Jesús Gil y Gil no era igual que todos esos empresarios (baste compararlo con su reciente rival marbellí). No vamos a decir que fuera un santo, porque no lo era, pero tenía algo especial. Según tengo entendido, nunca decía que no a una entrevista (al menos hasta que sus abogados se lo pidieron). No voy a hablar de sus gestiones inmobiliarias, ni de sus historias políticas, ni de nada de esas cosas porque creo que ya no vienen cuento. Voy a hablar de lo que más ha caracterizado a este hombre: su amor por los colores del Atlético de Madrid. Gil y Gil luchó por el Atleti como nadie. Estuvo ahí cuando el Atleti conquistó lo más alto: Liga y Copa, pero también supo estar ahí cuando bajó al Infierno. Habría que ver cuantos presidentes de equipos 'galácticos' estarían dispuestos a continuar presidiendo clubes despues de bajar a Segunda División y no sólo bajar, sino no ser capaces de ascender al año siguiente. Con Gil se ha ido una parte de la España del siglo XX. No olvidaremos nunca aquellos vídeos de Alfonso Arús en 'Al Ataque', cuando Gil no se cortaba un pelo para echar a un periodista 'a la pu.. calle', con estas palabras, o cuando nos mostraba su amor por su caballo Imperioso. Ni aquella época de echar entrenadores, entrenadores que hoy lloraban profundamente por él, como Radomir Antic. Tampoco olvidaremos nunca aquel programa en Telecinco, donde Gil aparecía rodeado de tías en top-less mientras soltaba sus paridas para solucionar el mundo. En aquellos tiempos nos parecía tele-basura, pero la verdad es que hoy hasta tiene su gracia comparado con lo que estamos viendo incluso en esa misma cadena.

Y hablando de televisión, no quiero olvidar la otra gran pérdida de estos días: don Narciso Ibáñez Menta. Padre de Chicho, el del '1,2,3'. Todo un maestro del terror, que aterrorizó a media España junto a su hijo en aquellas 'Historias para no dormir'. Un hombre que se hundía ineludiblemente en el asfalto sin que nadie le ayudara. Como decía antes, la televisión de hoy día está rozando los niveles más grandes de basura. El propio Chicho no es capaz de acabar con ella con lo que hasta ahora siempre había sido un gran éxito: su '1, 2, 3'. Pero, ¿quien es el verdadero culpable? Cualquier viernes por la noche tenemos el '1,2,3' en la primera, una buena peli española y sin anuncios en la 2 y un éxito taquillero en Telecinco. Pero, sin embargo, el programa más visto es el programa rosa de Antena 3. Pues, ¿qué quieren que les diga? Si hay telebasura es porque la gente lo quiere. Tenemos la televisión que nos merecemos. Y aquel que esté libre de peacado, que agarre el mando, y que lo agarre ya, por favor.

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