sábado, junio 16, 2007

Lágrimas en el Cielo

Una de las canciones más bellas que se ha escrito nunca es, sin duda, 'Tears in Heaven' (Lágrimas en el Cielo), de Eric Clapton. Una canción escrita desde lo más profundo del alma cuando el propio Eric Clapton perdio a su hijo de cuatro años. Dicen los que lo han vivido, que no hay nada más duro en esta vida que sobrevivir a tu propio hijo, y a buen seguro que es cierto.

Por eso, desde este blog hoy quiero contribuir con todas mis esperanzas y con todos mis ánimos a ayudar a la familia de Madeleine McCann, la niñita desaparecida durante las vacaciones junto a su familia en El Algarve, Portugal. Dada la proximidad, sería posible que Madeleine estuviese por España, así que creo conveniente publicar estas fotos para ayudar a encontrarla.

Esta es Madeleine.


Como se puede ver, Madeleine tiene una mancha particular en el ojo derecho que la hace muy fácil de reconocer.




Además, la familia, a través de la web www.findmadeleine.com ha colgado un poster en PDF que puedes descargar en un montón de idiomas. Si quieres descargar la versión española para hacerle fotocopias y ponerla donde la pueda ver mucha gente, pulsa aquí.

Y, por supuesto, no podíamos olvidar a Yeremi Vargas, el niño canario que desaparecio también hace unas semanas. Aquí tenemos su foto.





Ojalá estas dos historias no terminen como la del hijo de Eric Clapton. Ojalá en vez de lágrimas en el cielo tengamos sonrisas en la tierra. Sonrisas de niño.

2 comentarios:

Unknown dijo...

Todas las madres dicen que hasta que no lo eres no sabes lo que es perder o querer a un hijo, será verdad. Pero viendo a mi madre como está desde que murió mi hermano... lo puedo entender. Mucho peor es cuando pasa algo cuando aun son niños, desde aquí los mejores deseos para todos los niños secuestrados o desaparecidos y sus familias para que no llegue la mala noticia de que ya no están con nosotros...

Juanjo Abenza dijo...

Han pasado semanas desde que escribí esto y seguimos sin saber nada de ninguno d elos dos. Solo que dos miserables intentaron cobrarse una recompensa por Madeleine aprovechandose del dolor de los padres, cuando ni siquiera tenían nada que ver con el secuestro.